Pese a que fuentes policiales habían informado a numerosos medios de comunicación de que Murat es el único «implicado», el portavoz policial Olegario Sousa recordó ante las cámaras de televisión portuguesas y británicas que la ley le impide nombrar al sospechoso y dijo que no hay indicios suficientes para detenerle.
No obstante, la Policía y los periodistas aludieron varias veces a Murat -cuyo nombre dio la vuelta al mundo desde anoche por las filtraciones policiales- y Sousa señaló que no había evidencias suficientes para su arresto.
El ciudadano británico vive con su madre en un chalet a unas decenas de metros del hotel donde desapareció la niña en el Algarve portugués y había levantado sospechas entre los periodistas británicos a los que sirvió de intérprete, según testimonio de varios de ellos que acabaron por comentarlo a la Policía.
Sousa pidió hoy paciencia, dijo que no podía dar más información sobre las investigaciones para no ponerlas en peligro y se negó a hacer «futurología» sobre la posibilidad de que Madeleine pueda ser encontrada sana y salva.
También señaló que todavía no se han procesado los efectos confiscados en el registro de la casa de Murat, entre ellos un ordenador, y reconoció que, cuando concluya el examen de esas y otras pruebas, podrían surgir novedades.
La Policía registró, además de la casa del británico, otros cuatro lugares no especificados e interrogó a dos personas más, de nacionalidad alemana y portuguesa, y Sousa se limitó a comentar que no descarta que haya alguna detención.
El responsable policial, acosado por los numerosos periodistas del Reino Unido que han acudido al Algarve para informar del caso Madeleine, tuvo dificultades para explicar en qué condición se encuentra el único implicado -«arguido» en portugués- y recordó que la investigación es dinámica y los sospechosos pueden cambiar.
Sousa reiteró que las investigaciones siguen su curso y que continúan los esfuerzos por solucionar el caso de la pequeña Madeleine, que el sábado cumplió 4 años.
Pero de momento, en relación a la desaparición de la niña británica, las sospechas que apuntan a Murat son el único resultado visible, después de que cientos de miembros de los cuerpos de seguridad peinaran decenas de kilómetros y practicaran cientos de interrogatorios y registros sin encontrar pistas de la pequeña.
El ciudadano británico, cuyas fotos llenaron hoy las páginas de la prensa de su país y de Portugal, es al parecer hijo de un portugués y una inglesa, que vive desde hace varias décadas en el Algarve y se dedica a los negocios inmobiliarios.
Su reticencia a ser filmado o fotografiado por los periodistas, al contrario que los demás curiosos y vecinos de la zona, y sus intentos de sonsacar datos sobre el curso de la investigación acabaron por llamar la atención de los informadores sobre el extranjero más servicial del vecindario.
La madre de Murat ha declarado a la prensa inglesa que su hijo es inocente y que se encuentra en casa de unos amigos mientras todo se aclara.
Entretanto, los padres de Madeleine, Gerry y Kate McCann, se mantuvieron hoy al margen del vuelco que dio el caso con la aparición de un sospechoso y no hicieron declaraciones.