La nueva dirección de Marsans prevé cerrar entre 100 y 130 de las cerca de 400 oficinas que conforman su red propia –descontando las 200 asociadas y las 100 de Viajes Crisol–, operación que se producirá paralelamente a un recorte en la plantilla mediante el que la compañía pretende «recuperar la rentabilidad», pues «en su situación actual no es viable».
Sin embargo, fuentes del comité de empresa explicaron a Europa Press que, durante la reunión celebrada esta mañana, la directiva no concretó a los representantes de los trabajadores la cuantía del recorte de empleos, cuyos primeros datos darán a conocer en un nuevo encuentro que tendrá lugar el próximo martes.
En dicha reunión, el grupo de trabajo liderado por el director general de Marsans, Iván Losada, les transmitirá un informe detallado sobre el impacto de la operación en cada departamento, disgregando la información entre las diferentes compañías que conforman el grupo.
Por otro lado, la directiva señaló que el proceso de venta de Viajes Crisol se encuentra «muy avanzado», incluyendo en la operación a su plantilla, de cerca de 200 trabajadores, aunque todo ello podría verse afectado aún por la declaración del concurso de acreedores.
Ante esta situación, los trabajadores indicaron que «habrá que esperar a conocer la propuesta de la compañía y el alcance del ERE» antes de plantear posibles movilizaciones, dado que hasta el momento «no hay nada tangible» y «todo son palabras».
Según explicaron, en un «escenario optimista» donde la propuesta fuese «medianamente buena» se realizaría una consulta entre los trabajadores para establecer una postura al respecto. Sin embargo, en caso de que «las condiciones no fueran aceptables» se optaría por retomar las movilizaciones.
RECORTE DE HASTA 1.500 TRABAJADORES
La dirección de Marsans recalcó este viernes que el plan estratégico de la compañía se asentará sobre tres aspectos centrales: activar las ventas y recuperar la actividad comercial; venta de activos no estratégicos; y reducción de costes y reestructuración de la compañía.
Respecto a este último punto, anunció que «las circunstancias y condiciones del mercado» aconsejan reducir la plantilla en entre 1.200 y 1.500 trabajadores, pasando de los 2.079 empleados actuales a una horquilla de entre 600 y 900 personas.