Flexion y extension de tobillo

rango de movimiento del tobillo

El movimiento del tobillo está controlado por dos articulaciones. La articulación del tobillo o talocrural está formada por la tibia y el peroné de la parte inferior de la pierna y el astrágalo del pie. Funcionalmente, actúa como una bisagra que permite la dorsiflexión (tirar del pie hacia arriba, hacia la pierna) y la plantarflexión (tirar del pie hacia abajo, alejándolo de la pierna). La eversión (inclinación de la planta del pie hacia fuera de la línea media) y la inversión (inclinación de la planta del pie hacia dentro de la línea media) son controladas por la articulación subastragalina formada entre los huesos astrágalo y calcáneo del pie.

La articulación del tobillo se mantiene en su sitio gracias a numerosos y fuertes ligamentos que pueden dañarse fácilmente cuando se ejerce una fuerza excesiva sobre el tobillo, especialmente durante una inversión y eversión extenuantes. El movimiento en el tobillo es clave para el mantenimiento de la postura y el equilibrio, pero es más importante en la locomoción. La variación de la activación muscular puede controlar el movimiento de la articulación del tobillo, permitiendo que el pie genere una fuerza graduada.

(a) Compartimento anterior de la pierna y (b) Compartimento posterior de la pierna: Vista anterior de la pierna mostrando los músculos y tendones que intervienen en el movimiento del tobillo. : Vista posterior de la pierna mostrando los músculos y tendones que intervienen en el movimiento del tobillo.

grados de flexión y extensión del tobillo

Los pacientes con deficiencias para caminar suelen utilizar sillas de ruedas para transportarse; sin embargo, este medio de transporte puede provocar subidas de presión a largo plazo si los pacientes no realizan movimientos de alivio de la presión con frecuencia (Stockton y Parker, 2002). Otros dispositivos como los exoesqueletos y los sistemas de estimulación eléctrica funcional (FES) permiten a los pacientes ponerse de pie y dar pasos, sin embargo, su control depende de las capacidades motoras no afectadas del paciente (pulsar interruptores, desplazamientos del tronco, actividad muscular restante, etc.; Gancet et al., 2012; Contreras-Vidal et al., 2016). Una alternativa de control para estos sistemas, que dependen menos de las capacidades motoras restantes, es una interfaz cerebro-ordenador (BCI), en la que las señales cerebrales se registran y se traducen en comandos de control para dispositivos de asistencia y comunicación (Wolpaw et al., 2002; Shih et al., 2012).

Para mejorar la resolución espacial y la precisión de la clasificación, se han desarrollado varias técnicas para estimar las fuentes de corriente cortical a partir del EEG, la magnetoencefalografía (MEG) y la resonancia magnética funcional (fMRI) (Baillet et al., 2001). Entre estas técnicas, utilizamos un método jerárquico bayesiano que impone la fMRI como una restricción jerárquica suave sobre el EEG para la estimación de la fuente de corriente (Sato et al., 2004; Yoshioka et al., 2008). Se seleccionó este método porque preserva la alta resolución temporal del EEG y la alta resolución espacial de la fMRI, y se ha implementado con éxito en estudios anteriores de BCI fuera de línea (Toda et al., 2011; Yoshimura et al., 2012, 2016; Kawase et al., 2017). En el contexto de este estudio, una fuente de corriente puede definirse como la activación neuronal media en cada voxel de 3 × 3 × 3 mm en la corteza cerebral. Los vóxeles de la IRM proporcionan información sobre la ubicación y orientación de los dipolos en la corteza cerebral, mientras que de los datos de la IRMf se extrae la región de interés (prioridad de área) y las amplitudes relativas de las corrientes de los dipolos (prioridad de actividad). Las prioridades de área y actividad se imponen como una restricción suave para estimar las fuentes de corriente cortical a partir de los datos del EEG.

nervio de flexión y extensión del tobillo

Posición inicial: Asuma una posición sentada, extendiendo una pierna hacia adelante. Fije un cable o una banda de resistencia alrededor de la bola de ese pie. La resistencia debe tirar de la planta del pie hacia fuera.

Empiece con el pie en flexión plantar (los dedos apuntando hacia delante, lejos del cuerpo) y dorsiflexione lentamente el tobillo (tirando de los dedos hacia la espinilla). Vuelva lentamente a la posición inicial, controlando la velocidad del movimiento y repita.

Como progresión del ejercicio, modifique su movimiento para incluir una ligera rotación del pie mientras dorsiflexiona el tobillo (los dedos del pie apuntan hacia el techo). La dirección de la ligera rotación debe ser hacia la inversión (llevando el dedo gordo del pie hacia la espinilla).

flexión plantar del tobillo

El movimiento, el proceso de desplazamiento, se describe con términos anatómicos específicos. El movimiento incluye el movimiento de órganos, articulaciones, extremidades y secciones específicas del cuerpo. La terminología utilizada describe este movimiento según su dirección en relación con la posición anatómica de las partes del cuerpo implicadas. Los anatomistas y otras personas utilizan un conjunto unificado de términos para describir la mayoría de los movimientos, aunque son necesarios otros términos más especializados para describir movimientos únicos, como los de las manos, los pies y los ojos.

En general, el movimiento se clasifica según el plano anatómico en el que se produce. La flexión y la extensión son ejemplos de movimientos angulares, en los que dos ejes de una articulación se acercan o se alejan. Los movimientos de rotación pueden producirse en otras articulaciones, por ejemplo el hombro, y se describen como internos o externos. Otros términos, como elevación y depresión, describen el movimiento por encima o por debajo del plano horizontal. Muchos términos anatómicos derivan de términos latinos con el mismo significado.

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