Contenidos
Origen de las corridas de toros
La tauromaquia
Pocos temas de la cultura española generan una discusión más acalorada que la tauromaquia, la famosa corrida de toros. Los defensores la califican de arte, los detractores la condenan por cruel. Parece que no hay espacio para el compromiso.
** En mayo de 2011, los ecuatorianos votaron a favor de la abolición de las corridas de toros, permitiendo únicamente las corridas en las que no se mata al toro. La votación fue vista como una victoria de los pobres sobre la élite rica, la mayoría de los cuales son de ascendencia española o europea.
Las corridas de toros han atraído a pintores y escritores como Goya, Manet, Picasso, Tolstoi, Lorca y Hemingway, entre otros. Su reivindicación como parte integrante de la cultura artística española se refleja en el lugar que ocupa en los periódicos españoles, donde los reportajes sobre las corridas de toros aparecen regularmente en la sección titulada Cultura; no es un deporte, reza el argumento.
También han intervenido antropólogos y psicólogos, que han intentado descifrar el significado de la corrida de toros, y los políticos la han utilizado para sus propios fines. Por ejemplo, el general Franco, dictador de 1939 a 1975, la promovió con fuerza como fiesta nacional. Tras su muerte, el sentimiento separatista, especialmente en Cataluña, ha asociado la corrida con el centralismo y la represión. Barcelona llegó a tener tres plazas de toros, pero sólo una -la Plaza de Toros Monumental- sigue en activo y hay dudas sobre su futuro. Véase más abajo. (La plaza de toros más antigua ha sido derribada; la otra está siendo transformada en un complejo comercial y de ocio).
Plaza de toros de las ventas
El espectáculo de las corridas de toros ha existido de una u otra forma desde la antigüedad. Por ejemplo, en una pintura mural desenterrada en Knossos (Creta), que data del año 2000 a.C., se representa una especie de concurso. Muestra a acróbatas masculinos y femeninos enfrentándose a un toro, agarrando sus cuernos cuando embiste y saltando sobre su lomo. Las corridas de toros eran espectáculos populares en la antigua Roma, pero fue en la Península Ibérica donde estas competiciones se desarrollaron plenamente. Los moros del norte de África, que invadieron Andalucía en el año 711, transformaron las corridas de toros, que pasaron de ser un espectáculo brutal e insustancial practicado por los visigodos conquistados, a ser un ritual que se celebraba con motivo de las fiestas en las que los moros conquistadores, montados en caballos muy entrenados, se enfrentaban a los toros y los mataban.
A medida que se desarrollaba la tauromaquia, los hombres de a pie, que con su trabajo de capote ayudaban a los jinetes a colocar a los toros, empezaron a llamar más la atención del público y la corrida moderna empezó a tomar forma. Hoy en día, la corrida es prácticamente igual que desde 1726, cuando Francisco Romero, de Ronda (España), introdujo el estoque y la muleta (el capote de estambre pequeño y más fácil de manejar que se utiliza en la última parte de la corrida).
El cordobés
Los toros y las costumbres relacionadas con estos animales son, sin duda, uno de los elementos más populares de la cultura española a nivel internacional. Las corridas de toros en la plaza son el evento más famoso de todo el conjunto de tradiciones taurinas.
Este animal es el protagonista no sólo de las corridas de toros, sino también de otros eventos como los encierros y los espectáculos acrobáticos. Sin embargo, en los últimos años, los movimientos por los derechos de los animales han introducido la polémica en el mundo taurino.
El toro de lidia o toro bravo es un ejemplar macho de una raza que se panifica específicamente para su participación en este tipo de espectáculos. Son animales autóctonos de la Península Ibérica que han evolucionado hasta nuestros días, desarrollando unas características especiales. Su instinto de autodefensa, su temperamento, su complexión y sus cuernos son algunas de ellas.
El ancestro de este toro, el urus, estuvo presente en varios lugares del mundo. Muchas civilizaciones solían adorarlos. Podemos encontrar algún tipo de culto a estos animales y sacrificios divinos en la Iglesia griega de Creta y en los antiguos textos bíblicos.
Plaza de toros
Las corridas de toros en España son tan populares como controvertidas. Las corridas de toros en España están arraigadas en la historia del país y son una parte tan profunda de la cultura española que es evidente por qué tantos turistas añaden ver una corrida de toros a su lista de cosas que hacer. Aunque las corridas de toros se vieron por primera vez en la antigua Roma, las corridas de toros en España se remontan a principios del año 700. La historia de las corridas de toros en España está estrechamente relacionada con la aristocracia española, cuando se organizaban corridas para eventos como la coronación de un rey. Hoy en día, el pueblo español está tan ansioso por ver corridas de toros como hace siglos, y miles de españoles acuden en masa a los ruedos cada semana.
Desde la antigua Roma, la tauromaquia evolucionó, floreciendo bajo la influencia de los moros, originarios del norte de África. Fueron los moros quienes ocuparon Andalucía a principios del siglo XX y convirtieron las corridas de toros en un evento ceremonial. Las corridas de toros se celebraban simultáneamente con las fiestas de los moros. Las corridas se realizaban a caballo y los moros jugaban a matar y ganar.