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Opiniones sobre la corrida de toros
Plaza de toros de las ventas
Activistas cubiertos de sangre falsa protestan contra las corridas de toros y los encierros durante una manifestación convocada por la organización People for the Ethical Treatment of Animals (PETA) y Anima Naturalis en la víspera de las fiestas de San Fermín en la ciudad norteña española de Pamplona el 5 de julio de 2016.
La muerte de un matador de toros español en la plaza de toros la semana pasada provocó nuevos llamamientos a la prohibición de esta sangrienta tradición y reabrió un debate nacional sobre su lugar en la España actual. El fallecimiento de Víctor Barrio fue uno de los varios incidentes relacionados con los toros ocurridos en España en las últimas semanas. Un hombre murió en un encierro cerca de la ciudad sudoriental de Alicante y un total de 12 personas fueron corneadas en el mundialmente famoso encierro de Pamplona, que atrae a miles de personas que participan o ven cómo son perseguidas por las estrechas calles de la ciudad por toros furiosos. Pero la muerte de Barrio fue significativa, ya que era el primer matador que moría en la plaza de toros desde 1985. La corrida se retransmitió en directo por televisión y los espectadores fueron testigos de cómo el toro de 1.166 libras le daba una voltereta y lo corneaba en el muslo y el pecho, y los cuernos del toro le perforaban uno de los pulmones y la aorta.
Por qué no hay que prohibir las corridas de toros
La fiesta anual de los “Encierros” de Pamplona comienza normalmente el 7 de julio, pero en 2020 se suspendió debido al Coronavirus. La presidenta del Gobierno de Navarra, María Chivite, también ha anunciado que no se podrá celebrar en julio de 2021.
En abril de 2020, la organización Personas por el Trato Ético de los Animales (PETA) envió una carta al alcalde de Pamplona, Enrique Maya Miranda, en la que ofrecía a la ciudad 250.000 euros si accedía a acabar definitivamente con los encierros y las posteriores corridas de toros. He aquí un artículo de opinión de Elisa Allen, directora de PETA Reino Unido (publicado por primera vez el 24 de abril).
En medio de los nubarrones de la pandemia del Coronavirus, hay al menos un resquicio de esperanza: podemos salir de esta crisis sabiendo que es posible un mundo más compasivo. Muchas industrias crueles se han cerrado, al menos por el momento. La vida ha continuado sin ellas, y un sinfín de animales están disfrutando de un respiro de la tiranía humana por primera vez en sus vidas.
En España, cientos de espectáculos taurinos -incluidos los encierros de Pamplona- han sido clausurados a causa de la pandemia, lo que ha impedido que cientos de toros sean apuñalados hasta la muerte. Más del 80% de los españoles se oponen a las corridas de toros y a los encierros crueles, así que ¿por qué volver a celebrarlos una vez que se ha levantado el cierre? ¿No hemos visto ya suficiente sufrimiento y muerte? Provocar más intencionadamente es, y siempre ha sido, inexcusable.
5 razones contra las corridas de toros
Una corrida de toros no es realmente un concurso entre un hombre y un toro. En realidad es un concurso entre un hombre y él mismo. El público acude al ruedo para ver cómo un hombre vence su propio miedo a los cuernos y se arriesga al máximo con el toro. Los hombres que ejecutan con más gracia las maniobras más atrevidas se convierten en las estrellas.
El toreo es una de las pocas formas en que un chico pobre puede hacerse rico y famoso en España y América Latina, y muchos matadores se han hecho millonarios. Pero por cada matador de éxito, hay cientos que se han quedado en el camino y en el olvido. Muchos no tienen la gracia y la habilidad necesarias. Algunos quedan lisiados por los toros, y otros mueren.
Las corridas de toros existen de una u otra forma desde hace más de 2.000 años. Los antiguos cretenses realizaban lo que llamaban la danza del toro. Tanto los hombres como las mujeres saltaban sobre los cuernos de los toros en exhibiciones graciosas y temerarias.
Una de las razones por las que España ha sido el principal lugar para las corridas de toros es que el toro de lidia vivió por primera vez allí. Las corridas de toros no pueden realizarse con animales ordinarios. Requiere un toro de lidia especial, o toro bravo, que es tan diferente de un toro doméstico como una cobra lo es de una serpiente gopher, o un lobo lo es de un perro. Durante siglos, las manadas de estos toros bravos vagaron salvajemente por España. Los romanos los importaron para sus salvajes batallas contra hombres y otros animales en el Coliseo. Los toros solían ganar, incluso cuando se enfrentaban a leones y tigres. Los árabes en España ayudaron a popularizar las corridas de toros a principios del siglo XII. En aquella época, el espectáculo consistía en que un hábil jinete mataba a un toro salvaje con una lanza mientras guiaba a su caballo para evitar que se lesionara tanto su montura como él mismo. Se dice que el famoso caballero El Cid fue el primer español que participó en una corrida de toros organizada en una plaza.
¿es cruel la tauromaquia?
MADRID, ESPAÑA – 12 DE OCTUBRE: (NOTA DEL EDITOR: Esta imagen contiene contenido gráfico) Eugenio de Mora … [+] actúa durante la corrida del ‘Día Nacional de España’ en la plaza de toros Monumental de Las Ventas el 12 de octubre de 2019 en Madrid, España. (Foto de Europa Press Entertainment/Europa Press vía Getty Images)
El índice anual de asistencia a las corridas de toros desciende cada año más, especialmente entre los jóvenes españoles. En 2018 el número de festejos taurinos celebrados en el país cayó a un mínimo histórico de 1.521.
Según datos del Gobierno, sólo el 8% de la población acudió a un espectáculo taurino el año pasado. De este porcentaje, el 5,9% asistió a una corrida de toros, mientras que el resto acudió a otros eventos como los populares encierros.
PAMPLONA, ESPAÑA – 13 DE JULIO: Decenas de personas son vistas corriendo en el séptimo encierro de … [+] San Fermín el 13 de julio de 2019 en Pamplona, España. (Foto de David Domench/Europa Press vía Getty Images)
La misma encuesta nacional muestra que el 65% de los españoles tiene un interés de entre 0 y 2 sobre 10 por la tauromaquia. Esta cifra se eleva al 72,1% para las personas de 15 a 19 años y al 76,4% para las de 20 a 24 años.