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Que es una sociedad civil en mexico
Fútbol en méxico
El marido de Aurelia solía golpearla por la noche mientras sus hijas dormían. Por la mañana, las niñas se daban cuenta de sus moratones y le preguntaban si se había caído de la cama. Ella les mentía. Incluso le pegaba cuando estaba embarazada. Estaba desesperada por recibir ayuda, pero no sabía a quién recurrir. Le dijo que nunca podría librarse de él.
Finalmente, una amiga le habló de la Red Nacional de Refugios, donde podía encontrar protección. «Si no fuera por la organización civil que gestiona el refugio, hoy no estaría viva», dice Aurelia, abrazando a una de sus hijas.
Estos refugios (41 en México junto con 39 centros de atención externa) se encuentran ahora amenazados tras la decisión del nuevo presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, de recortar la financiación a las organizaciones de la sociedad civil (OSC). Afirma que dichas organizaciones han sido intermediarias que se aprovechan de recursos que están destinados a beneficiar a la población en general.
Cuando esta decisión provocó la indignación nacional y la Red Nacional de Refugios se organizó en protesta, López Obrador accedió a emitir una convocatoria abierta para que un número limitado de organizaciones que trabajan en el tema de la equidad de género puedan concursar para recibir fondos este año. No está claro qué ocurrirá más allá de 2019.
Grupos de la sociedad civil mexicana
A pesar de algún que otro revés o chispazo de progreso, el espacio cívico en México se ha mantenido mayormente estable desde que el país eligió a su primer presidente de la oposición en 2000. Aunque las leyes mexicanas protegen teóricamente los derechos de sus ciudadanos, su aplicación defectuosa no ha dado resultados en el mejor de los casos y ha aumentado la vulnerabilidad de los defensores de los derechos humanos en el peor. Algunas leyes han impuesto importantes restricciones administrativas en forma de complejos requisitos de información, que pueden ser una carga para las organizaciones de la sociedad civil (OSC), especialmente para las organizaciones de derechos humanos de base más pequeñas. Las polémicas leyes que restringen el espacio cívico, junto con los altos niveles de corrupción del país, la astronómica tasa de impunidad y la falta de transparencia, han hecho que muchos ciudadanos pierdan la fe en la capacidad y la voluntad del gobierno de proteger y luchar por los derechos. El recién elegido presidente Andrés Manuel López Obrador («AMLO») parece tener un interés genuino en los derechos humanos, lo cual es prometedor para el futuro del espacio cívico en México. Sin embargo, el hecho de que ya haya suavizado algunas de sus posturas políticas sobre estos temas, junto con el historial de violaciones de los derechos humanos del gobierno, debería incitar a la cautela. Este informe ofrece ejemplos de cómo la sociedad civil mexicana ha actuado para defenderse y protegerse, a través de mecanismos como la policía comunitaria y las amplias coaliciones.
Las osc en méxico
En 2004, el Gobierno mexicano aprobó la Ley Federal de Fomento a las Actividades Realizadas por las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC). Desde entonces, se han establecido una serie de estructuras participativas y se han reforzado los programas gubernamentales. Esto ha contribuido a mejorar cualitativa y cuantitativamente el alcance y las capacidades de las OSC, y a mejorar el diálogo entre ellas y el gobierno. Sin embargo, estas capacidades suelen estar centralizadas en Ciudad de México. En consecuencia, las posibilidades de que la sociedad civil organizada influya en las políticas públicas difieren mucho entre los niveles de gobierno y entre las distintas regiones de México.
En 2017, la Secretaría de Gobernación (SEGOB) identificó más de 300 espacios de cabildeo para la sociedad civil a nivel federal, que estableció formalmente con mecanismos como leyes y reglamentos. Hasta ahora no ha sido posible introducir el mismo tipo de sistema a nivel estatal o de autoridades locales, pero sí existen claras diferencias entre el gobierno, las regiones y los sectores. La sociedad civil evalúa y cuestiona, caso por caso, las posibilidades de utilizar estos espacios de diálogo para influir en las políticas públicas. Ese análisis pone de manifiesto ciertos criterios de calidad para los espacios de diálogo y la participación.
Que es una sociedad civil en mexico 2021
A pesar de algún que otro revés o chispazo de progreso, el espacio cívico en México se ha mantenido mayormente estable desde que el país eligió a su primer presidente de la oposición en 2000. Aunque las leyes mexicanas protegen teóricamente los derechos de sus ciudadanos, su aplicación defectuosa no ha dado resultados en el mejor de los casos y ha aumentado la vulnerabilidad de los defensores de los derechos humanos en el peor. Algunas leyes han impuesto importantes restricciones administrativas en forma de complejos requisitos de información, que pueden ser una carga para las organizaciones de la sociedad civil (OSC), especialmente para las organizaciones de derechos humanos de base más pequeñas. Las polémicas leyes que restringen el espacio cívico, junto con los altos niveles de corrupción del país, la astronómica tasa de impunidad y la falta de transparencia, han hecho que muchos ciudadanos pierdan la fe en la capacidad y la voluntad del gobierno de proteger y luchar por los derechos. El recién elegido presidente Andrés Manuel López Obrador («AMLO») parece tener un interés genuino en los derechos humanos, lo cual es prometedor para el futuro del espacio cívico en México. Sin embargo, el hecho de que ya haya suavizado algunas de sus posturas políticas sobre estos temas, junto con el historial de violaciones de los derechos humanos del gobierno, debería incitar a la cautela. Este informe ofrece ejemplos de cómo la sociedad civil mexicana ha actuado para defenderse y protegerse, a través de mecanismos como la policía comunitaria y las amplias coaliciones.