La paradoja del gato de schrödinger

la gravedad cuántica

El “Gato de Schrodinger” no fue un experimento real y, por tanto, no demostró científicamente nada. El Gato de Schrodinger ni siquiera forma parte de ninguna teoría científica. El Gato de Schrodinger fue simplemente una herramienta de enseñanza que Schrodinger utilizó para ilustrar cómo algunas personas estaban malinterpretando la teoría cuántica. Schrodinger construyó su experimento imaginario con el gato para demostrar que simples interpretaciones erróneas de la teoría cuántica pueden llevar a resultados absurdos que no se ajustan al mundo real. Desgraciadamente, muchos divulgadores de la ciencia en nuestros días han abrazado el absurdo del Gato de Schrodinger y afirman que así es como funciona realmente el mundo.

En la teoría cuántica, las partículas cuánticas pueden existir en una superposición de estados al mismo tiempo y colapsar a un solo estado al interactuar con otras partículas. En la época en que se desarrolló la teoría cuántica (años 30), algunos científicos se apartaron de la ciencia y se adentraron en el terreno de la filosofía, y afirmaron que las partículas cuánticas sólo colapsan a un único estado cuando son vistas por un observador consciente. Schrodinger consideró que este concepto era absurdo e ideó su experimento mental para dejar claro el resultado absurdo pero lógico de tales afirmaciones.

superposición cuántica

La sección principal de este artículo puede ser demasiado corta para resumir adecuadamente los puntos clave. Por favor, considere la posibilidad de ampliar el lead para proporcionar una visión general accesible de todos los aspectos importantes del artículo. (Junio 2021)

Incluso se pueden plantear casos bastante ridículos. Se encierra a un gato en una cámara de acero, junto con el siguiente dispositivo (que debe estar asegurado contra la interferencia directa del gato): en un contador Geiger, hay un pedacito de sustancia radiactiva, tan pequeño, que tal vez en el transcurso de la hora uno de los átomos decaiga, pero también, con igual probabilidad, tal vez ninguno; si esto sucede, el tubo del contador se descarga y a través de un relé libera un martillo que hace añicos un pequeño frasco de ácido cianhídrico. Si se ha dejado todo este sistema durante una hora, se diría que el gato sigue vivo si mientras tanto ningún átomo ha decaído. La primera descomposición atómica lo habría envenenado. La función psi de todo el sistema lo expresaría teniendo en él al gato vivo y al muerto (perdón por la expresión) mezclados o untados a partes iguales.

la mecánica cuántica

Si se establece un sistema cuántico cuyo resultado determina algo macroscópico, como la… [vida o la muerte de un gato en una caja, se podría intuir que esto significa que, hasta que se abre la caja, el gato está en una superposición de estados vivos y muertos. La historia real es mucho, mucho más rica que eso.

Los electrones tienen propiedades ondulatorias además de las de las partículas, y pueden utilizarse para construir… [imágenes o sondear el tamaño de las partículas tan bien como la luz. Aquí se pueden ver los resultados de un experimento en el que se disparan electrones (o, con resultados equivalentes, fotones) de uno en uno a través de una doble rendija. Una vez que se disparan suficientes electrones, se puede ver claramente el patrón de interferencia.

Pero si luego se reconoce que “la luz está hecha de fotones, y cada fotón individual debe pasar por una rendija o por la otra”, se empieza a ver la rareza en juego. Incluso enviando fotones a través de uno a la vez se obtiene el patrón de interferencia. Y entonces se tiene la brillante idea de medir por qué rendija pasa cada fotón. Tan pronto como lo haces -y tienes éxito, por cierto- el patrón de interferencia desaparece.

principio de incertidumbre

Hace 51 años, Erwin Schrodinger describió por primera vez el experimento mental que desde entonces se conoce como “la paradoja del gato de Schrodinger”. En los últimos años, los relatos populares de la mecánica cuántica han tendido a adoptar una u otra de las soluciones filosóficamente más extremas a esta paradoja, es decir, la hipótesis de la conciencia o la interpretación de los muchos mundos. El autor intenta restablecer el equilibrio describiendo lo que él considera la solución ortodoxa a la paradoja, que explica la paradoja, sin recurrir a nociones tan contraintuitivas como la de un gato muerto y vivo simultáneamente o la de un universo que se divide continuamente en múltiples mundos, como si se debiera a una aplicación errónea del formalismo cuántico.

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