Quien invento el molino de viento

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El 29 de agosto de 1854, Daniel Halladay, maquinista, inventor y hombre de negocios, patentó el primer molino de viento comercialmente viable: el Self-Governing Windmill de Halladay. Halladay había sido contactado para trabajar en el diseño por un empresario local de Ellington, John Burnham. Burnham estaba involucrado en el negocio de las bombas y comprendió que si se podía encontrar una fuente de energía fiable para llevar el agua subterránea a la superficie podría aumentar significativamente su base de clientes. Los molinos de viento se habían utilizado durante siglos para moler el grano, extraer agua y hacer funcionar las máquinas. ¿Qué tenía de revolucionario el diseño de Halladay? Permitía que el molino de viento girara automáticamente para hacer frente a las direcciones cambiantes del viento, y regulaba y mantenía una velocidad uniforme cambiando la inclinación de las velas, sin supervisión humana.

La Gaceta del Condado de Tolland reprodujo un artículo del New-York Tribune, en julio de 1854, en el que se describía la invención de Halladay de un molino de viento con sus velas autoenrollables: “la rueda de viento tiene tres metros, y ha estado en funcionamiento durante seis meses sin que se haya tocado una mano para regular las velas”. El artículo continuaba detallando su diseño único, afirmando que el molino se quedaba quieto durante una tormenta con vientos fuertes, con el borde de las alas de las velas orientado hacia el viento, y cuando la tormenta amainaba, las alas retomaban gradualmente su posición para atrapar la brisa. El molino de viento también había conseguido extraer agua de un pozo de 28 pies de profundidad, trasladándola más de 100 pies a un pequeño depósito en la parte superior de un granero. El coste de este novedoso invento fue de sólo 50 dólares, y el de las bombas y las tuberías de 25 dólares más.

historia de los molinos de viento

La energía eólica se ha utilizado desde que el ser humano puso velas al viento. Desde hace más de dos milenios, las máquinas impulsadas por el viento han molido el grano y bombeado el agua. La energía eólica estaba ampliamente disponible y no se limitaba a las orillas de los arroyos de corriente rápida o, más tarde, a la necesidad de fuentes de combustible. Las bombas de viento drenaban los pólderes de los Países Bajos, y en regiones áridas como el medio oeste americano o el interior de Australia, las bombas de viento proporcionaban agua para el ganado y las máquinas de vapor.

Con el desarrollo de la energía eléctrica, la energía eólica encontró nuevas aplicaciones en la iluminación de edificios alejados de la energía generada centralmente. A lo largo del siglo XX se desarrollaron caminos paralelos, pequeñas plantas eólicas adecuadas para granjas o residencias, y generadores eólicos de mayor tamaño que podían conectarse a las redes eléctricas para el uso remoto de la energía. Hoy en día, los generadores eólicos funcionan en todos los tamaños, desde pequeñas plantas para la carga de baterías en residencias aisladas hasta parques eólicos marinos de casi un gigavatio que suministran electricidad a las redes eléctricas nacionales.

molino de poste

La gente ha aprovechado el viento para propulsar sus barcos durante muchos miles de años. Me saltaré esa parte de la historia de la energía eólica y pasaré a la utilización del viento con fines mecánicos y eléctricos. En concreto, me fijo en la historia de los aerogeneradores.

1887: Se construye en Escocia el primer aerogenerador conocido utilizado para producir electricidad. La turbina eólica es creada por el profesor James Blyth, del Anderson’s College de Glasgow (ahora conocido como Universidad de Strathclyde). “La turbina eólica de Blyth, de 10 m de altura y con velas de tela, se instaló en el jardín de su casa de vacaciones en Marykirk, en Kincardineshire, y se utilizó para cargar los acumuladores desarrollados por el francés Camille Alphonse Faure, con el fin de alimentar la iluminación de la casa, convirtiéndola así en la primera casa del mundo en tener su electricidad suministrada por energía eólica. Blyth ofreció el excedente de electricidad a los habitantes de Marykirk para iluminar la calle principal, pero éstos rechazaron la oferta porque pensaban que la electricidad era “obra del diablo”. “

molino de viento agrícola

El 9 de noviembre, el Día Internacional de los Inventores reconoce a todos aquellos que han contribuido a mejorar nuestras vidas. El día se institucionalizó coincidiendo con el nacimiento de Hedy Lamarr (1914-2000), la inventora del espectro ensanchado, a la que debemos la tecnología que se encuentra en dispositivos tan cotidianos como el GPS, el Wi-Fi y el Bluetooth.

Lamarr revolucionó el progreso en el campo de las telecomunicaciones, al igual que Charles F. Brush, Poul la Cour, Albert Betz y Palmer Cosslet Putnam contribuyeron a la tecnología eólica actual. La preocupación por el uso de energías limpias contribuye actualmente a la reducción de los niveles de contaminación y de los efectos del cambio climático, y los avances tecnológicos en los aerogeneradores han contribuido a situar la energía eólica en la vanguardia de las energías renovables.

En la actualidad, los aerogeneradores se han instalado en todo el mundo, tanto en tierra como en el mar, gracias a Charles F. Brush (1849-1929), un científico estadounidense que, en 1887, construyó la que se dice que fue la primera turbina eólica automática para generar electricidad. Posteriormente, en 1899, el científico danés Poul la Cour (1846-1908) mejoró la turbina eólica al descubrir que construirla con un número reducido de palas del rotor daba mejores resultados y aumentaba la producción de electricidad. Su diseño se considera el primer generador eólico moderno.

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