Después de 9 años de ausencia de una final (1998), desde los tiempos del base John Stockton y el alero Karl Malone, los Jazz, con Derek Fisher y el ruso Andrei Kirilenko en lugar de aquéllos, consigueron la victoria por 100-87 sobre Golden State Warriors en el quinto partido de las semifinales que ganaron por 4-1 al mejor de siete.
Sus rivales en la lucha por el título será el equipo ganador de la eliminatoria que disputan los Suns de Phoenix contra los Spurs de San Antonio, que se encuentra empatada a 2-2.
Fisher, como sucedió en los tres triunfos anteriores, fue el salvador que surgió en el cuarto periodo al anotar 11 de los 20 puntos que aportó y ser el que rompiera por completo con sus triples la defensa de los Warriors y el marcador.
Fisher, que fue el protagonista en el segundo partido al anotar cinco puntos en la prórroga a pesar de haber tenido que asistir con su hija de 10 meses a una operación de cáncer en Nueva York, también brilló en el cuarto con sus acciones en el último periodo y lo propio sucedió en el quinto al anotar tres triples decisivos.
Los aciertos de Fisher fueron los que rompieron siempre el marcador cuando los Warriors reaccionaron para acercase y el último triple, faltando 5:45 minutos del tiempo reglamentario, iba a ser el definitivo al dejar un parcial de 88-83.
Fisher concluyó el partido con 7 de 10 tiros de campo, incluidos 4 de 5 triples, y 2 de 2 desde la línea de personal, repartió cuatro asistencias y capturó tres rebotes.
Antes Kirilenko, que ha sido otro de los factores sorpresa de los Jazz al realizar su mejor juego en lo que va de temporada, había conseguido con 6:04 minutos para el final del partido la canasta que rompió el empate a 83-83.
Kirilenko aportó 21 puntos (8 de 12 tiros de campo y 5 de 5 desde la línea de personal), 15 rebotes, tres recuperaciones de balón y una asistencia.
El alero Carlos Boozer esta vez tuvo la ayuda de Kirilenko y Fisher, lo que le permitió quedarse con 21 puntos y 14 rebotes. El pívot turco Mehmet Okur estuvo en la misma línea y aportó 14 tantos y recuperó 10 rebotes bajo los aros.
El acierto encestador de Fisher y el dominio de Kirilenko, Boozer y Okur bajo los aros permitió a los Jazz con 59 rebotes por 35 de los Warriors superar la mala noche que tuvo el base Deron Williams, que se quedó con sólo dos puntos después de fallar 10 de los 11 tiros de campo y no fue a la línea de personal.
Tampoco estuvo brillante en la distribución del juego al repartir sólo siete asistencias, y menos en controlar el balón, que perdió cinco veces, las mismas de Okur y Boozer, con cuatro de Fisher.
Los Jazz al final tuvieron 25 perdidas de balón por 16 de los Warriors y fallaron 12 tiros de personal (21-33) por sólo cuatro de sus rivales (25-29). Los Jazz fallaron 11 de los 22 primeros.
Pero la gran defensa que hicieron les ayudó a compensar los fallos en ambos apartados del juego después que los Warriors se quedaron con sólo un 36,4 por ciento de acierto en los tiros de campo y el 20,0 (6-30) de triples.
El base Baron Davis, que tuvo suerte de poder jugar el quinto partido al no ser suspendido por la NBA después de haberle dado en el cuarto un codazo intencional a Fisher, lideró a los Warriors con 21 puntos, ocho asistencias y seis recuperaciones de balón, pero no pudieron impedir la derrota y la eliminación.
El alero Stephen Jackson se quedo con 16 puntos, el reserva Matt Barnes logró 14 tantos, Jason Richardson aportó 13 y el escolta Monta Ellis firmó 12 anotaciones.
Cuando todo parecía que los Pistons iban a comenzar a celebrar su cuarto pase consecutivo a las finales de la Conferencia Este surgió el escolta Ben Gordon y los Bulls los vencieron por 108-92 en el quinto partido de las semifinales, que siguen ganado por 3-2.
Gordon, que en los tres primeros partidos, ganados por los Pistons, estuvo desaparecido, surgió ya en el cuarto con 19 puntos y en el quinto completó su destape con 28 tantos que fueron decisivos.
Su aportación de 10 canastas de 16 intentos, incluidos 5 de 6 triples, y 3 de 3 desde la línea de personal, no sólo mantuvo con vida a los Bulls, que vuelven a su campo del United Center para disputar el sexto partido, sino que pone a sufrir a los Pistons, como sucedió el año pasado contra los Cavaliers de Cleveland.
Después de un 3-0 inicial, los Pistons han permitido que los Bulls entrasen de nuevo en la serie y estén como al principio con sólo la ventaja de campo.
Junto a Gordon, el alero sudanés Luol Deng hizo su trabajó al conseguir 20 puntos con siete rebotes y cuatro asistencias, mientras que el base Kirk Hinrich aportó 17 tantos y repartió 13 pases de anotación, como factores en el triunfo de los Bulls, que dejaron la serie en 2-3.
El veterano pívot P.J Brown consiguió 15 puntos con ocho rebotes y tres asistencias, formando parte de la lista de cinco jugadores de los Bulls que anotaron en dobles dígitos y se quedaron con el 57,3 por ciento de acierto en los tiros de campo y el 62,5 (10-16) de triples.
El novato reserva Tyrus Thomas se convirtió en el jugador sorpresa al aportar 10 tantos (5 de 7 tiros de campo), capturó seis rebotes, recuperó cinco balones y dio una asistencias.
Aunque los Pistons tuvieron cinco jugadores en dobles dígitos no mantuvieron consistencia en el ataque y los 17 puntos del base Chauncey Billups con seis asistencias no fueron suficientes para conseguir la victoria que les hubiese puesto en la final.
El alero Rasheed Wallace aportó 15 puntos, pero anotó sólo 6 de 15 tiros de campo con cinco rebotes, mientras que el escolta Richard Hamilton, que vuelve a tener el mismo problema de inconsistencia del año pasado, se quedó con 16 tantos (5 de 14 tiros a canasta).
Pero los tres se combinaron con 16 canastas de 42 intentos y el alero Tayshaun Prince tampoco iba a jugar el papel salvador al quedarse con 11 puntos (5 de 11 tiros de campo) y sólo el reserva Antonio McDyess cumplió con 12 tantos ( 5 de 9 intentos y 2 de 2).
El sexto partido se jugará el próximo jueves y si lo ganan los Bulls y empatan la serie, el séptimo y decisivo se disputará el próximo lunes, 21 de mayo, en el Palace de Auburn Hills.
Ningún equipo en la historia de la NBA ha podido remontar hasta ahora una desventaja de 3-0 en una serie al mejor de siete partidos.
