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Decenas de miles de manifestantes inundaron el martes las calles de Brasil en una muestra de apoyo en el día de la independencia al presidente Jair Bolsonaro, quien está enfrascado en una batalla política sin cuartel con las instituciones, incluida la Corte Suprema.
Los manifestantes anti-Bolsonaro también se reunieron en grandes manifestaciones en ciudades de todo el país, convirtiendo las festividades anuales del día nacional en un evento de alto riesgo, cuando falta poco más de un año para las elecciones que las encuestas actualmente sitúan al presidente de extrema derecha en camino de perder.Bolsonaro, cuya popularidad está en su punto más bajo, está tratando de encender su base y flexionar su músculo político frente a una economía en declive, el aumento del desempleo y la inflación, y una serie de investigaciones que apuntan a él y a su círculo más cercano. Con los partidarios de la línea dura instando a una intervención militar para dar a Bolsonaro un poder sin restricciones, se teme que los mítines del día puedan volverse violentos, con ecos del ataque del 6 de enero en el Capitolio de EE.UU. en apoyo del ex presidente Donald Trump – con quien Bolsonaro es a menudo comparado.
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Manifestantes se reúnen durante una protesta contra el presidente brasileño Jair Bolsonaro, pidiendo su destitución por el manejo de la pandemia por parte de su gobierno en Brasilia, Brasil, el sábado 2 de octubre de 2021. (AP)
RÍO DE JANEIRO: A un año de las elecciones presidenciales en Brasil, decenas de miles de manifestantes marcharon el sábado en Río de Janeiro, Sao Paulo y decenas de otras ciudades del país para protestar contra el presidente Jair Bolsonaro y pedir su destitución por el manejo de la pandemia por parte de su gobierno.
Las protestas, de menor envergadura que las realizadas en apoyo a Bolsonaro el pasado 7 de septiembre, fueron promovidas por partidos de izquierda y algunos movimientos sindicales vinculados al Partido de los Trabajadores del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva. Se espera que Da Silva se postule contra Bolsonaro en las elecciones presidenciales de Brasil del 2 de octubre de 2022.
«Es muy doloroso ver que la salud y la educación están siendo destruidas, y hay mucha gente hambrienta en el país», dijo a The Associated Press Marilena Magnano, una jubilada de 75 años. «Necesitamos a Bolsonaro fuera del gobierno, su tiempo ha pasado».
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Los manifestantes anti-Bolsonaro también se reunieron en grandes manifestaciones en ciudades de todo el país el martes, convirtiendo las festividades anuales del día nacional en un evento de alto riesgo, a poco más de un año de las elecciones que las encuestas actualmente ponen al presidente de extrema derecha en camino de perder.
Bolsonaro, cuya popularidad está en su punto más bajo, está tratando de encender su base y flexionar su músculo político frente a una economía en declive, el aumento del desempleo y la inflación, y una serie de investigaciones que apuntan a él y su círculo íntimo.
Con los partidarios de la línea dura instando a una intervención militar para dar a Bolsonaro un poder sin restricciones, se teme que los mítines del día puedan volverse violentos, con ecos del ataque del 6 de enero en el Capitolio de EE.UU. en apoyo del ex presidente Donald Trump – con quien Bolsonaro es a menudo comparado.
«Este es un día para el pueblo brasileño, que nos dirá qué camino tomar», dijo Bolsonaro en breves comentarios fuera de la residencia presidencial, donde dio inicio a los eventos del día presidiendo una ceremonia de izamiento de la bandera y una demostración de fuerza militar completa con un sobrevuelo de la fuerza aérea, un aterrizaje de paracaidistas y una exhibición de las fuerzas especiales.
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Bolsonaro había pedido a sus partidarios más acérrimos que se unieran, mientras lucha contra el Congreso y el poder judicial por su negativa a seguir sus intentos de reescribir las reglas electorales antes de las elecciones de 2022 y por las investigaciones sobre él y sus aliados que podrían ponerlos en peligro penalmente.
Bolsonaro está viendo su caída política, y quizás personal, en tiempo real. Ante estas crisis de su propia cosecha, está creando otra contra la democracia de Brasil, en un intento desesperado de mantener el poder y protegerse.
«Les parece bien ir con estos procesos democráticos, siempre que sean los ganadores», dijo Paulo Barrozo, profesor asociado de derecho en el Boston College, sobre los líderes en el molde de Bolsonaro y el ex presidente de Estados Unidos Donald Trump. «En el momento en que hay algún indicio de que no van a ganar, entonces ya no están comprometidos con la democracia electoral».
La campaña de Bolsonaro para desacreditar la democracia brasileña comenzó mucho, mucho antes del 7 de septiembre. Denunció un posible fraude electoral incluso después de su primera victoria en 2018, y sus esfuerzos se han intensificado una vez en la presidencia y a medida que sus perspectivas electorales han empeorado.