Ultima pena de muerte en españa

arabia saudí

La pena de muerte ha estado en el punto de mira de la Asamblea durante muchos años. En 1980 la Asamblea consideró que la pena capital era inhumana, y pidió un protocolo al Convenio Europeo de Derechos Humanos que aboliera la pena capital. Sobre esta base se elaboró el Sexto Protocolo, que se abrió a la firma en 1983 y que desde entonces ha sido firmado y ratificado por 20 Estados miembros.

El Relator opina que en este momento se puede discernir una fuerte corriente abolicionista en los Estados miembros y en los que tienen el estatuto de invitado especial, y que se presenta la consiguiente oportunidad de abolir completamente la pena capital.

Por lo tanto, el ponente recomienda la elaboración de un protocolo adicional al Convenio Europeo de Derechos Humanos, que suprima la pena de muerte tanto en tiempos de paz como de guerra, y que obligue a los firmantes a no reintroducirla en ningún caso. También prevé la creación de un mecanismo de control bajo la dirección del Secretario General que abarque tanto a los Estados miembros como a los Estados cuyas asambleas legislativas gocen de un estatus de invitados especiales. Por último, recomienda que se tenga en cuenta la actitud de los Estados candidatos a la pena de muerte a la hora de decidir su admisión como miembros de pleno derecho en el Consejo de Europa, y hace un llamamiento urgente a todos los parlamentos del mundo para que supriman completamente la pena capital.

testigo de la ejecución del garrote

El último uso de la pena capital en España tuvo lugar el 27 de septiembre de 1975, cuando dos miembros del grupo armado nacionalista y separatista vasco ETA político-militar y tres miembros del Frente Patriótico Antifascista Revolucionario (FRAP) fueron ejecutados por pelotones de fusilamiento tras haber sido condenados a muerte por tribunales militares por el asesinato de policías y guardias civiles. España era la única dictadura de Europa Occidental en ese momento y había sido impopular y estaba aislada internacionalmente en el periodo de posguerra debido a sus relaciones con la Alemania nazi en las décadas de 1930 y 1940 y al hecho de que su líder autocrático, Francisco Franco, había llegado al poder derrocando a un gobierno elegido democráticamente. Como resultado, las ejecuciones dieron lugar a importantes críticas al gobierno español, tanto a nivel nacional como internacional. Las reacciones incluyeron protestas callejeras, ataques a embajadas españolas, críticas internacionales al gobierno español y medidas diplomáticas, como la retirada de los embajadores de quince países europeos.

egipto

La pena capital ha sido completamente abolida en todos los países europeos, excepto en Bielorrusia y Rusia, país este último que tiene una moratoria y no ha llevado a cabo ninguna ejecución desde septiembre de 1996. La prohibición total de la pena capital está consagrada tanto en la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea (UE) como en dos protocolos ampliamente adoptados del Convenio Europeo de Derechos Humanos del Consejo de Europa, por lo que se considera un valor central. De todos los países europeos modernos, San Marino, Portugal y los Países Bajos fueron los primeros en abolir la pena capital, mientras que (de facto) sólo Bielorrusia sigue practicando la pena capital de una u otra forma. En 2012, Letonia se convirtió en el último Estado miembro de la UE en abolir la pena capital en tiempos de guerra[1].

El Protocolo nº 6, abierto a la firma en 1983, que prohíbe la pena de muerte en tiempo de paz, ha sido ratificado por todos los miembros del Consejo de Europa, excepto Rusia (que lo ha firmado, pero no lo ha ratificado).

El Protocolo nº 13, abierto a la firma en 2002, prohíbe la pena de muerte en todas las circunstancias (incluidos los crímenes de guerra). Todos los Estados miembros del Consejo de Europa lo han ratificado, excepto Azerbaiyán y Rusia, que no lo han firmado, y Armenia, que lo ha firmado pero aún no lo ha ratificado. No obstante, todos han abolido la pena de muerte. Polonia fue el último país en ratificar el Protocolo nº 13 en mayo de 2014[5][6].

taiwán

Según Amnistía Internacional, en 2017, la pena de muerte se ha reducido en comparación con otros años. A pesar de todo, los datos siguen siendo aterradores. Actualmente, 56 países siguen contemplando la pena de muerte en su legislación. Además, se pueden añadir 29 países que no han llevado a cabo una ejecución en 10 años, más 7 países que la mantienen solo para delitos en tiempos de guerra. Por otra parte, Amnistía Internacional informa de que en 2017 se documentaron 993 ejecuciones en 23 países (un 4% menos que en 2016 y un 39% menos que en 2015), y se condenó a muerte a 2.591 personas en 53 países (un descenso respecto a las 3.117 personas condenadas en 2016).

La mayoría de las ejecuciones tuvieron lugar en China, Irán, Arabia Saudí e Irak, siendo China el país con más ejecuciones del mundo (y eso sin saber el verdadero alcance, ya que es un secreto de Estado). Además, hay que tener en cuenta que, en estos países, por ejemplo, algunas de las condenas a muerte se dictaron porque las “confesiones” se obtuvieron mediante tortura u otros malos tratos. Por lo tanto, los procesos judiciales no han cumplido con las leyes internacionales sobre juicios justos.

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