Contenidos
Pensar mucho en alguien lo atrae
Ley de la atracción cuando piensas en alguien
Todos conocemos esa sensación: alguien te llama la atención, se te revuelve el estómago y no puedes dejar de pensar en él. Pero, ¿por qué nos sentimos atraídos por ciertas personas y no por otras, y qué es exactamente lo que nos hace sentirnos atraídos por ellas?
Pues resulta que las reglas de la atracción no son tan sencillas. Según la profesora Claire Hart, que imparte un módulo sobre la psicología de la atracción en la Universidad de Southampton, hay cinco factores principales que determinan la atracción: el atractivo físico, la proximidad, la similitud, la reciprocidad y la familiaridad.
A continuación, analizamos estos factores para intentar averiguar qué es lo que nos hace sentirnos atraídos por otra persona. Oye guapo Naturalmente, el aspecto físico desempeña un papel importante en las fases iniciales de la atracción. Si te pareces a Brad Pitt o a Scarlett Johansson, es más probable que tengas un montón de admiradores. Y la razón es muy sencilla, dice Claire: nos gusta mirar las cosas que son visualmente atractivas. «El atractivo estético es deseable y conduce a un afecto positivo: se siente bien estar rodeado de gente guapa».
¿puedes manifestar a alguien que no te quiere?
El agrado recíproco, también conocido como reciprocidad de la atracción,[1] es el acto de una persona que siente una atracción por alguien sólo al conocer o ser consciente de la atracción de esa persona por sí misma. El agrado recíproco tiene un impacto significativo en la atracción humana y en la formación de relaciones[2] Las personas que sienten agrado recíproco suelen iniciar o desarrollar una relación de amistad o romántica. Los sentimientos de admiración, afecto, amor y respeto son características del agrado recíproco entre los dos individuos[3] Cuando hay agrado recíproco hay una fuerte atracción mutua o un fuerte agrado mutuo, pero con otros no. También influyen los sentimientos de calidez e intimidad. La consideración y el deseo de pasar tiempo con el otro es otro fuerte indicador del agrado recíproco[4].
Los estudios de psicología demuestran que las personas tienden a gustar a las personas que les gustan. Por ejemplo, en un primer estudio psicológico los participantes descubrieron sutilmente que le gustaban a un desconocido. Elliot Aronson y Phillip Worchel llevaron a cabo el estudio, en el que se pedía a las parejas de participantes que mantuvieran una simple conversación entre ellos. Sin embargo, uno de los individuos de cada pareja no formaba parte del experimento, sino que era alguien que trabajaba con los investigadores, actuando como si fuera un participante. Cada conversación del estudio se produjo entre un participante real y un actor entrenado. Después de la conversación, se pedía a los participantes que escribieran una breve declaración sobre lo que pensaban de su pareja. Una vez escritas estas declaraciones, los experimentadores les permitían leer lo que habían escrito sus respectivas parejas. Cuando los participantes leían que sus parejas les gustaban, decían que les gustaban más que cuando habían leído que no les gustaban[6].
¿pensar en alguien le afecta?
Científicos de campos que van desde la antropología hasta la neurociencia llevan décadas haciéndose esta misma pregunta (aunque de forma menos elocuente). Resulta que la ciencia que se esconde detrás del amor es más sencilla y más compleja de lo que podríamos pensar.
Piense en la última vez que se encontró con alguien que le resultaba atractivo. Es posible que haya tartamudeado, que le hayan sudado las palmas de las manos, que haya dicho algo increíblemente estúpido y que se haya tropezado espectacularmente al intentar alejarse (¿o sólo soy yo?). Y lo más probable es que el corazón le palpite en el pecho. No es de extrañar que, durante siglos, la gente pensara que el amor (y la mayoría de las demás emociones, en realidad) surgía del corazón. Pero resulta que el amor tiene que ver con el cerebro, que a su vez hace que el resto del cuerpo se vuelva loco.
Según un equipo de científicos dirigido por la Dra. Helen Fisher, de Rutgers, el amor romántico puede dividirse en tres categorías: lujuria, atracción y apego. Cada categoría se caracteriza por su propio conjunto de hormonas procedentes del cerebro (Tabla 1).
Señales de que alguien me manifiesta
Ciertos factores aumentan las probabilidades de que alguien se enamore de ti: si tu personalidad es similar a la suya, si compartes la misma visión del mundo o incluso si haces algo tan sencillo como gesticular mucho, por ejemplo. En el proceso, rompimos algunos mitos y aprendimos que ciertos clichés resultan ser ciertos.Aquí hay 13 razones psicológicas que afectan a que alguien se enamore de ti.
Es fácil ser ecológico… pero solo si buscas algo serio.Un estudio de 2016 descubrió que los hombres y las mujeres que hacen compras ecológicas son percibidos como más deseables para las relaciones a largo plazo, mientras que los que hacen compras de lujo son percibidos como más atractivos físicamente y más deseables para las relaciones a corto plazo.El estudio señala: «En comparación con los compradores de lujo, a los compradores ecológicos se les atribuyó mayor calidez, competencia y rasgos de buena pareja, pero menos atractivo físico, y fueron preferidos para las relaciones a largo plazo pero no a corto plazo.»