Discapacidad auditiva en el aula

impacto de la pérdida de audición en el aula

Los profesores que tienen alumnos sordos o con discapacidad auditiva pueden tener que hacer adaptaciones para ayudar al alumno a alcanzar su potencial.    En este capítulo se enumeran algunas adaptaciones específicas que los profesores pueden querer incorporar a su aula y a su enseñanza.      Al poner en práctica algunas de las adaptaciones, el profesor puede ayudar al niño con discapacidad auditiva o sordera a sentirse cómodo, confiado y con éxito en el entorno de la educación general.

Permitir que un alumno sordo o con dificultades auditivas explique su discapacidad a los demás alumnos del aula puede ayudar a crear un sentido de comunidad.    Esto permitirá apaciguar la curiosidad de los demás alumnos, así como permitir que el alumno sea el centro de atención de forma positiva.    No todos los estudiantes se sentirán cómodos hablando de la discapacidad; por lo tanto, es importante comprobarlo con antelación en lugar de forzar una discusión en clase.    Si el alumno se siente incómodo con la discapacidad, el profesor debe crear un ambiente cálido y acogedor dentro del aula.    Este tipo de ambiente ayudará a que el alumno se sienta seguro en la escuela y, por lo tanto, más cómodo para aprender.    Si el profesor decide mantener el debate con la clase, es importante destacar las similitudes entre todos los alumnos en lugar de las diferencias.    Muchos alumnos se darán cuenta de las diferencias y tendrán preguntas al respecto, pero hay que seguir insistiendo en las similitudes.    Permitir que el alumno con problemas de audición o sordo disponga de unos minutos para hablar de su discapacidad y que los demás alumnos tengan la oportunidad de hacer sus preguntas, permite que el aprendizaje tenga lugar con menos distracciones (Sanders, 1988; Tacchi, 2005).

el papel del profesor en la discapacidad auditiva

Según el Deafness Forum Australia, aproximadamente uno de cada seis australianos tiene una pérdida auditiva significativa. Dentro de esta población, la mayoría de los individuos tienen algún nivel de discapacidad auditiva y sólo una pequeña proporción del grupo es sorda. Los tipos de pérdida auditiva incluyen la neurosensorial (relacionada con los nervios), la conductiva (que afecta al oído externo o medio) o una pérdida auditiva mixta (mezcla de ambos tipos). Las personas que utilizan el lenguaje de signos australiano (Auslan) suelen preferir que se les llame sordos en lugar de duros de oído. Lo ven como una identidad positiva en lugar de una etiqueta negativa.

Las personas con pérdida de audición son sordas prelocutivas o sordas postlocutivas. Las personas con sordera prelocutiva han perdido la audición antes de adquirir el lenguaje. Las personas con sordera postlocutiva adquirieron su pérdida de audición después de haber adquirido el lenguaje. Para cada grupo, el impacto de la pérdida auditiva y el grado de sordera varían.

Algunas personas con sordera prelocutiva utilizan el auslán. Muchos recibieron implantes cocleares al nacer. Algunos dependen del lenguaje hablado. Muchos se comunican con una combinación de lenguaje hablado y lenguaje de signos. Algunos tienen un desarrollo normal del lenguaje y la alfabetización. Otros pueden tener problemas de alfabetización.    La situación varía mucho, por lo que es importante comprender las necesidades de cada persona. Todos estos factores deben tenerse en cuenta al evaluar los tipos de ajustes razonables.

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Los niños sufren pérdida de audición por diversas razones. Se ha descubierto que los factores genéticos, las enfermedades, los accidentes, los problemas en el embarazo (la rubéola, por ejemplo), las complicaciones durante el parto y varias enfermedades de la primera infancia, como las paperas o el sarampión, contribuyen a la pérdida de audición.

Los signos de problemas de audición incluyen: girar el oído hacia el ruido, favorecer un oído sobre el otro, falta de seguimiento de las direcciones o instrucciones, parecer distraído y/o confundido. Otros signos de pérdida de audición en los niños son poner el televisor demasiado alto, retrasar el habla o hablar con poca claridad, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Pero los CDC también señalan que los signos y síntomas de la pérdida de audición difieren en cada persona. Una prueba de audición puede evaluar la pérdida de audición.

“La pérdida de audición puede afectar a la capacidad del niño para desarrollar el habla, el lenguaje y las habilidades sociales. Cuanto antes empiecen a recibir servicios los niños con pérdida de audición, más probabilidades tendrán de alcanzar todo su potencial”, afirman los CDC. “Si usted es padre y sospecha que su hijo tiene pérdida auditiva, confíe en su instinto y hable con el médico de su hijo”.

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El término “sordo” (con D mayúscula) describe a las personas que se comunican utilizando la lengua de signos australiana (Auslan). Estas personas se identifican como pertenecientes a la comunidad de sordos signantes, que es como un grupo étnico diferente; tiene su propia lengua y cultura. Las personas sordas suelen interactuar tanto con la comunidad de sordos como con la de oyentes, pero no se consideran “discapacitados auditivos”.

“Duro de oído” describe a las personas que tienen una pérdida de audición de leve a moderada, o que han desarrollado una pérdida de audición en la infancia tardía o en la edad adulta. Las personas con problemas de audición suelen utilizar el lenguaje hablado (incluida la lectura de labios) para comunicarse. También pueden recurrir a la audición residual (posiblemente con el uso de un audífono), al lenguaje escrito o a los gestos.

Visite nuestra página de recursos para ver una serie de recursos que pueden ayudar a crear entornos educativos inclusivos para niños con discapacidades y problemas de desarrollo. Algunos recursos especialmente relevantes para los niños sordos o con dificultades auditivas son

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