José Corbacho: “Me hubiera encantado ser futbolista, pero no estaba dotado – Noticia – Actualidad – Diario Acoruna

José Corbacho vuelve a ponerse detrás de las cámaras para dirigir una serie de televisión, siempre fiel a su estilo costumbrista y sin que falte el humor que le caracteriza. Su nuevo trabajo se llama “Pelotas”, y narrará la vida de un barrio con un equipo que juega al fútbol y alrededor del cual girarán muchas de las tramas principales. El polifacético presentador no descarta un cameo de él mismo, y adelantó que aparecerán personalidades como Sancho Gracia, Peret y Julio Salinas. Tras el éxito de “Tapas”, “Pelotas” se puede considerar una consecuencia de ésta, según explicó Corbacho en su presentación. En el reparto cuenta con Ángel de Andrés, María Botto, o David Fernández, famoso por dar vida al Chikilicuatre en la última edición de Eurovisión.

-Esta serie la diriges, pero no te vamos a ver a ti…
-Eso de que no me vais a ver yo no lo he dicho… la gente tendrá que ver la serie y buscarme, en plan «dónde está Wally». Sí que estoy en la serie, lo que pasa es que no quería incluirme en el reparto, soy muy modesto. Al final es que no me pude resistir y convencer a mi socio, Juan Cruz, para que me dejara hacer algún papelillo de persona seria. Sólo puedo decir que la mayoría de los personajes acabarán pasando por mi consulta. Y hasta aquí puedo leer.

-¿Dirías que «Pelotas» está inspirada en «Tapas»?
-Yo diría que es una consecuencia. Cuando haces un proyecto, normalmente una cosa te lleva a la otra. Con «Tapas» quedamos muy contentos de cómo explicamos las historias y el tono que conseguimos. No tienen nada que ver, aunque sí que es verdad que somos los mismos directores, hay coincidencia de actores, como Ángel de Andrés, Alberto Jolie… y se rueda en el mismo sitio, tienen cosas en común en cuanto a las historias que explicamos o el tipo de personajes, ese tono costumbrista que vamos buscando nosotros.

-¿Por qué el retrato de la gente de barrio, de gente humilde?
-Bueno, en realidad no es que sea gente humilde. Ahí hay clase media, clase media alta… en los barrios hay de todo. Nosotros siempre hemos sido defensores de que queremos ver los barrios como extractos sociales determinados, en plan «mi hermana es yonqui». Éste es un barrio muy normal, de hecho podría ser el centro de la ciudad o un pueblo o Manhattan. Es gente muy normalita. Yo creo que ahí puede haber el efecto espejo, que la gente vea algo que podría estar pasando en la escalera de al lado.

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– Se ha hablado de costumbrismo del siglo XXI
-Eso lo ha dicho Ángel de Andrés. Estas cosas, ni Juan ni yo ni las decimos ni pensamos, aunque supongo que es nuestra forma de contar las historias, con una serie de cosas que llevas en una mochila y que inconscientemente acaban saliendo y que a lo mejor sí que entroncan con cosas muy costumbristas. Es que ésta es una serie donde la gente no va a encontrar cosas extrañas, sino que va a encontrar como una ventana a la vida.

-En cualquier tema costumbrista hay pícaros. ¿También en esta serie?
– Aquí yo creo que todos son pícaros, porque son muy perdedores, es una historia muy de perdedores, los une un club que a lo mejor hace unos años vertebró socialmente a la gente del barrio, y se reunían allí, pero que hoy en día ya está mucho más de capa caída y que el tema de los resultados es lo único que importa: si gana el Real Madrid, si gana el Barça o empata el Athletic. Aquí en realidad es un equipo de perdedores y cuando tú pierdes muchas veces ante la vida tienes que desarrollar una picaresca. De hecho, el personaje de Ángel de Andrés es el súper pícaro de esta historia y que sigue ahí en su mundo y nadie lo va a mover de ahí. Pero yo creo que en la vida pícaros somos todos, porque al fin y al cabo ser pícaro significa no mostrarte del todo, esconder unas cosas, intentar conseguir algo sin que se note mucho, ser buen negociante… ¿y quién no es pícaro?

– Jose, ¿formaba parte de tu infancia esto de ir a ver los partidos de fútbol de barrio?
-Sí, además estuve jugando en un equipo. A mí me hubiera encantado ser futbolista, pero no estaba dotado. De hecho, mi padre siempre me lo recordaba, me decía: «¡No vales para jugar a fútbol!». Yo jugaba en un equipo súper extraño que se llamaba Club Deportivo Guimerense porque era de una calle que se llamaba Ángel Guimerá, así que imagínate, no era ni siquiera el equipo de un barrio, era el equipo de una calle. Eso luego se transformó en el Santa Eulàlia, que era el del barrio. Yo sí que me acuerdo de haber jugado en campos de tierra cuatro o cinco años hasta que ya dije: «Esto no es lo mío». De hecho, me ha gustado más practicar fútbol que verlo.

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– ¿Tú eres de algún equipo?
-Yo soy muy chaquetero, soy muy pícaro. En Barcelona ejerzo de madridista, en Madrid de culé, y ahora que Christiano Ronaldo es balón de oro, soy del Manchester. Reconozco que ahora es difícil no ser del Barça, pero soy muy chaquetero y la gente no lo entiende. Pero yo defiendo el chaqueterismo. Igual que en la política, que si después de cuatro años lo hacen mal, hay que castigarlo.

-¿A tu hijo te gusta llevarlo a esos ambientes familiares donde se reúnen las familias, como en el club de esta serie?
-Ahora el peque está en época de juegos, pero no lo veo mucho por el fútbol. El juntarse con la familia, con el entorno y con los amigos es algo bonito, es lo que es la vida. Esto para nosotros es un trabajo, pero al fin y al cabo te acabas dando cuenta de que la vida es otra cosa aparte del trabajo: es reunirte con tus amigos, con tu mujer, con tus padres, con tu hijo y con todo ese entorno. De eso a nosotros nos acaban saliendo historias como muy de estructura familiar, muy humanas, muy de personas, porque es lo que nos gusta en la vida: compartir cañas con los amigos, y de ahí salió «Tapas»; de la época del colegio, y de ahí salió «Cobardes»; o la vida de un barrio alrededor de un Club que es fútbol como podría ser de una tienda de pollos a l’ast, el «bulle bulle» que se hace ahí. Yo creo que de eso somos máximos defensores. Cuando se habla de «Los lunes al sol», pues nosotros somos más de «los domingos al sol».

– ¿Te gustaría volver con algún otro programa?
-El problema es que nunca me estoy yendo. Ahora estoy como seis meses hipotecado aquí en «Pelotas» y además de gira con Buenafuente, Berto y el Follonero, que nos hemos montado un espectáculo de monólogos para recorrer España porque los fines de semana que teníamos libres no teníamos otra cosa que hacer, y preparando un programita para el año que viene, para después de la serie.

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-¿Os habéis planteado que haya la aparición de algún futbolista en la serie?
-Hay apariciones. Está Julio Salinas, que se curra un capítulo porque le hace una oferta a Javier Albalá para que se vaya a otro equipo; está Pichi Alonso, creo que Etoo viene a rodar un cameíto… ahí estamos. La verdad es que no queríamos tampoco que hubiera muchos cameos, pero hay tramitas de fútbol que, de repente, dan pie a que vengan futbolistas, pero también estamos aprovechando para que vengan amigos, como Sancho Gracia, Peret…

-Aunque el fútbol es una excusa para la serie, ¿vosotros, el equipo, jugáis?
-Sí. Lo malo de rodar en un campo de fútbol es que siempre hay una pelota por ahí, siempre estás tentando a pegarle una patada, y hacerlo sin preparación lleva a la lesión.

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